domingo, 9 de noviembre de 2008

ELEPHANT (2003)

UN ELEFANTE EN UN LABERINTO

Una interminable secuencia de planos generales y paneos que van siguiendo, con extraña discreción, a los jóvenes de una secundaria norteamericana arquetípica constituyen la película Elefante, de Gus Van Sant. A partir de esa estrategia, a mi parecer, el director logra adormecer el ritmo acelerado y temeroso de la cotidianidad estadounidense postatentado de las torres gemelas. Las imágenes prolongadas vuelven a crear los hechos violentos de la escuela de Columbine, y extravían al espectador en un laberinto.

Podría afirmarse que uno de los efectos logrados por el director con la lentitud de la película es el de recrear un hecho inexplicable, tanto por sus dimensiones como por su improbabilidad, en una secuencia de imágenes estructuradas como un rizoma. Así, se siguen conversaciones, se entrecruzan historias y se levantan muros invisibles de realidades silenciadas que, extrañamente, refunden un problema social del tamaño de un elefante en un minúsculo laberinto.

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