lunes, 27 de octubre de 2008

SOÑADORES

UNA PEQUEÑA VISIÓN DE SOÑADORES

Desde una perspectiva literaria, la película Soñadores de Bernardo Bertolucci trae a la memoria ecos del cuento Casa Tomada de Julio Cortázar: dos hermanos con insinuaciones incestuosas en una casa. Si bien en el cuento del argentino sólo entran en acción dos personajes desgatados por el tiempo que son desalojados de su casa por una fuerza desconocida (equiparable a los períodos de las dictaduras en Argentina), en el filme de Bertolucci tres jóvenes, los hermanos Isabelle y Theo y su invitado extranjero Matthew, se abstraen de su contexto al quedarse solos en la casa de los dos primeros. Así, en el encierro voluntario, los tres jóvenes se desalojan de la realidad y entablan un juego que deconstruye los imaginarios culturales.

Tal deconstrucción comienza en el imaginario sexual y el político y se da a partir de lo que podría llamarse una “intertextualidad filmográfica”, pues los personajes se desarrollan a partir de su relación con el cine, lo cual, ostensivamente, los muestra como actantes de una ficción construida por ficciones. En esa medida, el juego de los tres personajes aislados está en el pliegue de las alternativas políticas en un mundo descompuesto, como la casa. La casa y los personajes se transforman, de esa manera, en una alegoría del mundo real, donde todas las alternativas desembocan en un totalitarismo y la transformación sólo es posible en tanto se vive un proceso de descomposición violento: la revolución.

Para lograr un relato deconstructivo, Bertolucci crea una visión doble de los personajes: son extranjeros y ciudadanos simultáneamente, por lo cual logran trastocar la visión instituida de los diferentes discursos. Al poner en contrapunto Soñadores y Casa Tomada, se tiene que, hacia el final, en ambas narraciones los personajes salen de la casa y se enfrentan a una realidad en la cual se pierden: los del cuento, en una ciudad arbitraria y sin recuerdos; los de la película, en un enfrentamiento.

martes, 14 de octubre de 2008

TUMACO PACÍFICO

En cierta medida, el siguiente texto tiene un cariz hipócrita, pues nunca he hecho un video ni me he preparado para la crítica audivisual. O, acaso, estas falencias puedan hacer de mi texto la expresión sincera del descaro.


ACERCA DE TUMACO PACÍFICO

El documental Tumaco Pacífico muestra la cotidianidad de una comunidad marginal de la costa pacífica nariñense, donde surgen actividades, proyectos y leyes abandonados por el Estado. Una cámara llamada Samuel (acaso por el azar y la naturalidad con que los tumaqueños se dirigen al creador de la película) se involucra en las intimidades de una zona de conflicto y muestra las historias de dos ancianos, una líder comunitaria y un sinnúmero de niños desde la perspectiva de un espectador pasivo y asombrado. En esa medida, lastimosamente, en tanto semejante proyecto podría explotar la convivencia del citadino-académico con los tumaqueños, Tumaco Pacífico evoca un documental de la National Geografic, en el cual se da cuenta del comportamiento de una manada de leones que, a fuerza de costumbre, actúan naturalmente frente a un intruso.

Sin embargo, el distanciamiento del creador no limita al documental a dar cuenta de un modo de vida, sino que logra una resignificación crítica del mismo. Así pues, puede apreciarse cómo la obra de arte no está sujeta a la voluntad y las intenciones del artista; ella misma toma sus propios sentidos y los de su recepción. Independientemente de sus logros técnicos, el primer documental de Samuel Córdoba es una obra desprevenida, la cual podría echar mano de algunos elementos críticos y empíricos para tener un enfoque conceptual fijo que no se pierda en la inmensidad de “mostrar las vidas de quienes viven en Tumaco.”

Es necesario tener en cuenta que el proceso de la creación de un documental de ésta índole se sostiene en la subjetivación de las subjetividades: el afán de objetividad hace tambalear al objeto artístico. A mi modo de ver, el artista latinoamericano no debe funcionar como un demiurgo que se abstrae de su realidad, sino como un agente de ésta y de sus ficciones.